Septiembre es el mes mundial de concienciación sobre las Enfermedades Vasculares. Debido a que estas condiciones pueden provocar complicaciones graves y no deseadas, AGL quiere crear conciencia sobre los tipos de enfermedades vasculares y de venas, y las opciones de tratamiento que existen.
¿QUE ES UNA ENFERMEDAD VASCULAR?
El término Enfermedad Vascular se refiere a trastornos orgánicos y funcionales que afectan el sistema circulatorio, es decir, la vasta red de arterias y venas del cuerpo. El riesgo de desarrollar enfermedades vasculares lo pueden correr personas de todas las edades, género, o razas, pero hay ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer patologías del sistema circulatorio. En cuanto los vasos sanguíneos, factores como la edad, los antecedentes familiares, la obesidad, el estilo de vida sedentaria, el trabajo que se desempeña y ciertas afecciones de salud subyacentes, aumentan el riesgo de desarrollar estas enfermedades.
Algunos ejemplos de enfermedades vasculares son:
Enfermedades arteriales, como la arteriopatía periférica, la arteriopatía renal, el síndrome de atrapamiento poplíteo y la arteriopatía carotídea.
Enfermedad venosa crónica (EVC) e insuficiencia venosa crónica (IVC).
Términos clínicos venosos (Adaptado de VEIN-TERM):
- ENFERMEDAD VENOSA CRÓNICA (EVC): Este término incluye cualquier anomalía morfológica y funcional de larga duración del sistema venoso de las extremidades inferiores, ya sea por síntomas y/o signos que indiquen la necesidad de investigación y/o , desde varices, arañas vasculares, tromboflebitis superficial.
- INSUFICIENCIA VENOSA CRÓNICA (IVC): Este término se utiliza para estadios avanzados de la enfermedad venosa crónica (clases C3 a C6 de la clasificación CEAP), que se aplica a anomalías funcionales del sistema venoso que producen manifestaciones que incluyen edema con fóvea (C3), cambios cutáneos cambios en la piel (como pigmentación o fibrosis) y la hipodermis, atrofia blanca (C4) o úlceras venosas (C5-C6), que pueden afectar notablemente a la calidad de vida.
Trastornos de la coagulación sanguínea, incluida la trombosis venosa profunda (TVP)
Enfermedad de Raynaud
Linfedema
LOS VASOS SANGUINOS EN LAS ENFERMEDADES VASCULARES
Las venas son una parte importante del sistema circulatorio. Las venas sanguíneas transportan sangre pobre en oxígeno de regreso al corazón para que pueda reoxigenarse antes de circular nuevamente por el cuerpo. Existen venas superficiales (más cercanas a la superficie de la piel) y venas profundas (ubicadas más profundamente en los músculos).
Hay enfermedades vasculares que pueden provocar complicaciones graves si no se tratan. Algunas pueden requerir tratamiento inmediato, mientras que otras pueden empeorar lentamente con el tiempo. En cualquier caso, cualquier enfermedad que afecte la salud y el funcionamiento de las venas o arterias debe tomarse en serio. En cuanto las enfermedades vasculares, es importante la prevención (Medicina Preventiva), en cuanto un diagnóstico y tratamiento precoces.
¿CUAL ES LA PREVALENCIA DE LAS ENFERMEDADES VENOSAS?
Tanto la Enfermedad Venosa Crónica (EVC) como la Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) son afecciones muy comunes en la población general, que suelen comenzar en la edad adulta temprana y aumentan en frecuencia y gravedad en las personas mayores. La prevalencia es mayor en los países occidentales. Debido a la situación actual de infradiagnóstico e infratratamiento en muchos países, no existen registros actualizados de pacientes, por lo que la prevalencia de estas enfermedades está muy subestimada en a nivel mundial.
¿CUALES SON LOS SIGNOS DE ADVERTENCIA DE UNA ENFERMEDAD VENOSA:
Presencia de venas abultadas y retorcidas
Sensación de dolor y pesadez en las piernas
Entumecimiento y hormigueo en dedos, pies o piernas
Piernas inquietas
Zonas hinchadas, sensibles y calientes
Calambres nocturnos
Venas varicosas visibles
Dolor
¿CUÁLES SON LOS FACTORES DEL ESTILO DE VIDA QUE FAVORECEN LA APARICIÓN DE INSUFICIENCIA VENOSA CRÓNICA (IVC):
Obesidad y Tabaquismo
Falta de actividad física
Estar sentado o de pie durante largos periodos de tiempo (estar de pie en el trabajo)
Esfuerzo físico
Varices
Úlceras en las piernas
Diabetes e hipertensión en los antecedentes familiares
Embarazo
Antecedentes de trombosis venosa profunda
CLASSIFICATION DE SEVERIDAD DE LA ENFERMEDAD VASCULAR
Los diagnósticos relacionados con la Enfermedad Venosa Crónica (EVC) se clasifican de acuerdo con la siguiente clasificación (CEAP - Sistema de Clasificación de Trastornos Venosos):
-
C0 = Sin signos visibles o palpables de enfermedad venosa
-
C1 = Telangiectasia o venas reticulares
- C2 = Varices
- C3 = Edema
- C4a = Pigmentación o eczema
- C4b =
Lipodermatoesclerosis o atrofia blanca
- C5 = Úlcera venosa
cicatrizada
- C6 = Úlcera venosa activa
La Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) se considera una Enfermedad Venosa Crónica (EVC) avanzada e incluye los estadios C3-C6 según la clasificación CEAP. En general, muchos pacientes presentan al menos un signo de diagnóstico clínico de IVC.
¿CUÁLES SON LAS RECOMENDACIONES TERAPÉUTICAS?
El tratamiento de la Enfermedad Venosa Crónica (EVC) debe estar enfocado en tratar la hipertensión venosa y en disminuir el daño endotelial y la inflamación que derivada de la misma. Los problemas venosos pueden corregirse con cambios en el estilo de vida, e intervenciones médicas conservadoras y quirúrgicas. Los medicamentos, el tratamiento compresivo y el ejercicio pueden mejorar la afección, pero a veces los problemas venosos requieren un tratamiento más intensivo para restablecer la salud y la funcionalidad de las venas.
La Enfermedad Venosa Crónica (EVC) es una enfermedad crónica compleja que progresará y tendrá un impacto sustancial en la calidad de vida (CdV) del paciente si no se trata adecuadamente, y por este motivo, la recomendación clave para los médicos de cabecera es remitir a un especialista del servicio de cirugía vascular a aquellos pacientes que presenten varices, o cambios cutáneos en las extremidades inferiores que pudieran estar causados por una insuficiencia venosa crónica. Las opciones de tratamiento han mejorado en los últimos años, e incluyen compresión y terapia con fármacos venoactivos, cirugía y ablación endovenosa mediante láser, radiofrecuencia o escleroterapia.
Se recomienda programas de cribado regulares para detectar precozmente la necesidad de tratamiento. Los expertos también coinciden en que el tratamiento conservador es útil incluso en los primeros estadios de la enfermedad venosa, con lo que se previenen las complicaciones y la progresión, lo que puede suponer un alivio a largo plazo para el sistema sanitario e influir positivamente en la calidad de vida de los afectados. También existe consenso internacional para utilizar la Ecografía Dúplex como patrón de referencia para el diagnóstico de la Enfermedad Venosa Crónica (EVC).
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE LOS FÁRMACOS EN LAS ENFERMEDADES VENOSAS?
Los fármacos venoactivos, también llamados flebotónicos, son un grupo heterogéneo de fármacos de síntesis o derivados de plantas. Ensayos clínicos han demostrado sus efectos sobre el edema (C3) así como para aliviar los síntomas venosos (piernas pesadas, dolor de piernas, sensación de hinchazón, calambres, ardor, picor…) en cualquier estadio (C0s-C6s) de la Enfermedad Venosa Crónica (EVC). Asimismo, numerosos estudios has demostrado que favorecen la curación de las úlceras venosas en combinación con el tratamiento compresivo, y por lo cual estos medicamentos constituyen un componente fundamental en la terapéutica de estos pacientes.
Entre los fármacos venoactivos más utilizados se encuentran la MPFF (fracción flavonoide micronizada purificada), la diosmina, los extractos de Ruscus, los hidroxietilrutósidos, el dobesilato cálcico, el extracto de castaño de Indias y el extracto de hoja de vid roja. La sulodexida no pertenece a la familia de los fármacos venoactivos, pero también se utiliza para la Enfermedad Venosa Crónica (EVC). Tanto la MPFF como Sulodexide tienen asignado el Nivel de evidencia alta (Grado A), recomendación de uso según el sistema GRADE (Clasificación de la Calidad de la Evidencia y Graduación de la Fuerza de Recomendación), por los máximos beneficios clínicos y su gran eficacia para mejorar los síntomas y Calidad de Vida (CdV) en pacientes con Enfermedad Venosa Crónica (EVC). De estos resultados se concluye que estos fármacos puede prevenir la progresión de la EVC.
¿CUALES SON LOS BENEFICIOS DE LA COMPRESIÓN EN LA ENFERMEDAD VENOSA?
La terapia de compresión (TC) es un método de tratamiento establecido en la enfermedad venosa crónica. La terapia de compresión actúa ejerciendo una presión externa sobre las extremidades inferiores e impidiendo que la gravedad afecte al flujo venoso. El objetivo de la terapia de compresión es evitar el aumento de la presión venosa intraluminal para reducir la tensión de la pared vascular. La terapia de compresión ayuda a aumentar la circulación sanguínea en la parte inferior de las piernas, los tobillos y los pies. Es un tratamiento eficaz para el dolor y la hinchazón causados por afecciones asociadas a la mala circulación, como la insuficiencia venosa crónica y las varices.
La elección de una presión de interfase (PI) adecuada según la gravedad de los síntomas, son la clave de un tratamiento compresivo eficaz. Las propiedades de los tejidos se caracterizan mediante parámetros específicos que permiten su selección óptima en función de la gravedad de la Enfermedad Venosa Crónica (EVC). Entre ellos se incluyen la elasticidad, los índices de rigidez estática y dinámica, así como la tensión superficial generada al aplicar el textil. En caso de deformidad de la pierna, es posible fabricar productos de compresión adaptados individualmente al tamaño y la forma de la extremidad, y en estos casos no deben utilizarse medias de compresión estándar. A pesar de los evidentes beneficios clínicos, no todos los pacientes son aptos para la terapia de compresión, por lo que deben consultar con su médico especialista.
¿CUÁL ES LA SITUACIÓN ACTUAL EN MUCHOS PAÍSES PARA LOS PACIENTES CON ENFERMEDADES VENOSAS?
Estudios muestran que en muchos países el conocimiento sobre la Enfermedad Venosa Crónica (EVC) no es óptimo y que muchos pacientes no reciben tratamiento ni son derivados a especialistas según las pautas establecidas, incluso en la etapa activa de la enfermedad. Asimismo, en alguno países los pacientes no tienen acceso a medicamentos financiados por la sanidad pública, siendo estos tachados de utilidad terapéutica baja, cuando esto no se sostiene con la evidencia científica actual. Existen directrices internacionales que ayudan a los médicos a considerar las opciones de tratamiento de las EVC y evitar la progresión innecesaria de la enfermedad. Un mejor conocimiento de la enfermedad y un tratamiento precoz adecuado contribuyen a reducir el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes, y también pueden ayudar a reducir la carga de los recursos sanitarios destinados a las EVC.
REFERENCIAS:
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